Una deficiencia de magnesio también se asocia con la necrosis del raspón. El trastorno afecta al cuajado y su maduración. De dos a tres aplicaciones foliares de magnesio empezando justo antes del envero reducirán el problema. La necrosis del raspón también se asocia con un desequilibrio entre magnesio y potasio/nitrógeno. Existen estudios que muestran que con niveles bajos de azúcares en los órganos de almacenaje y en la uva, llevan a una acumulación de nitrógeno, particularmente durante periodos de clima frío en el momento de la maduración. En ese momento, las pulverizaciones de magnesio pueden ayudar en reducir la necrosis del raspón.
En manera similar, la aplicación foliar con magnesio ayudará a corregir el desequilibrio de absorción en exceso de potasio, y así prevenir la necrosis del raspón. Sin embargo, mientras las aplicaciones foliares pueden ayudar, la carencia a largo plazo de magnesio deberá de ser corregida con fertilizantes aplicados al suelo o a través de fertirriego con un programa regular de fertilización.